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lunes, 4 de octubre de 2010

Las aves en El Prado: publicación de la SEO/Birdlife

Por el Museo del Prado “vuelan” martines pescadores, avutardas, petirrojos, espátulas, águilas, buitres, halcones, abubillas o jilgueros, entre otras muchas aves. Son vuelos “congelados” por el pincel de artistas como Brueghel el Viejo, del que existen en el Prado once obras con elementos ornitológicos, Rubens o El Bosco, pasando por Goya, Snyders o Jan Fyt.

Este valioso y, a la vez, desconocido patrimonio artístico, científico y naturalístico sale ahora a la luz fruto de una profunda investigación llevada a cabo por SEO/BirdLife, de la mano del biólogo y educador Joaquín Gómez Cano. Estudio que ha tomado la forma de libro, “Las aves en el Museo del Prado”, editado con el apoyo de Red Eléctrica de España, y gracias a la colaboración de la gran pinacoteca.
Más de ocho mil pinturas custodiadas por el Museo del Prado –dentro y fuera de sus muros- han sido concienzudamente analizadas para descubrir una nueva dimensión en la relación entre el hombre, la naturaleza y el arte. De ellas, setecientas veintinueve tienen representaciones de aves, pertenecientes a ciento treinta y seis especies. Cerca de doscientas aparecen en este libro de gran formato y cuidada edición.

Se trata, en todos los casos, de vuelos “congelados” por el pincel de diversos artistas que convirtieron a los pájaros en protagonistas de sus obras pictóricas o que los utilizaron como elemento de acompañamiento a una escena concreta, a veces de una forma casual y otras, sin embargo, con un significado especial o una intención muy meditada.

Del desconocimiento de tan notable riqueza artística y del creciente interés social por la naturaleza ha nacido este proyecto, que ha contado con la ayuda de Red Eléctrica de España y la colaboración del propio museo, que ha facilitado el acceso a sus bases de datos y a un valiosísimo material gráfico de alta resolución, que incluye numerosas fotografías de detalle realizadas específicamente para esta obra. SEO/BirdLife ha abordado, a su vez, la catalogación de forma sistemática de las aves representadas en la pintura del museo, identificando la especie cuando ha sido posible y enriqueciendo de forma notable la base de datos de obras de arte de la pinacoteca.

Ello ha conllevado un arduo trabajo de investigación, que revela la faceta naturalista de la que pueden hacer gala diversos pintores de enorme prestigio y ha permitido extraer jugosas conclusiones, que tanto pueden interesar al naturalista aficionado al arte como a los seguidores del mundo pictórico implicados en temas de la naturaleza.

Los Brueghel y los Bassano
Por ejemplo que haya artistas especializados en representar la fauna alada, otros que a veces incluyen algún ejemplar en sus obras y los que, por último, nunca representan aves o bien las utilizan como simples siluetas decorativas en el cielo. Al primer grupo pertenecen los miembros de dos conocidas sagas familiares: la de los Brueghel, asentada nada menos que durante seis generaciones en los Países Bajos, y la de los Bassano, procedente de Italia y, aunque apenas duró la mitad de tiempo que la anterior, igual de prolífica.

Hablar de de El Bosco o Rubens resulta obligado. En solitario o en colaboración con otros artistas lograron iluminar el cielo de los Países Bajos con algunas de las representaciones de aves más fidedignas que se conocen. Sin embargo, son autores menos conocidos por el gran público, como Frans Snyders o Paul y Martin de Vos, los que configuran el núcleo de los auténticos especialistas en la representación ornitológica.

Pintar el vuelo, una dificultad
Una vez realizado el proceso de rastreo ha habido que tener en cuenta un detalle de gran importancia para entender la escasa naturalidad que muestran algunas figuras, y es que hasta bien entrado el siglo XIX los pintores no tuvieron a su disposición imágenes fotográficas que pudieran utilizar como modelo para representar el vuelo de cualquier pájaro.

Otro aspecto a la hora de la identificar un ejemplar ha sido averiguar si se trata de una especie inventada por el autor o simplemente mal pintada. Cuando la forma o los colores son evidencia clara de la imaginación del artista no hay mayor misterio, el problema surge cuando la posible invención parece tan real que crea la duda. Otra cuestión surge cuando al repasar las aves representadas en los bodegones españoles aparece con cierta frecuencia una especie tan rara como el francolín. La explicación de este caso se centra en el hecho de que su inexistencia en el territorio europeo es algo actual, dado que durante mucho tiempo fue una especie relativamente común por estas latitudes pero que luego, y sin que esté claro el motivo real, desapareció por completo. Por otra parte, es un hecho cierto que los diferentes talleres de pintura poseían excelentes repertorios de láminas relacionadas con el mundo natural y que tanto los Bassano como los Brueghel y otros muchos artistas las empleaban con suma frecuencia. Pero cuando el único conocimiento que se tiene de una especie es a través de láminas que no incluyen la necesaria indicación de las dimensiones reales, especies de tamaños muy diferentes pueden representarse como si fueran casi iguales.

Los autores
Tres especialistas han unido su pluma en esta obra. A Joaquín Gómez Cano, biólogo y educador, y autor principal de la misma, se debe el laborioso trabajo de descubrimiento y reconocimiento de las distintas especies en las obras del museo. A él se ha unido Gerardo Orellana, artista especializado en grabado, estudioso del arte y profesor, quien realiza una interesante introducción general sobre las aves en el arte, y el pintor naturalista y biólogo Juan Varela, quien esboza el papel de las aves en el medio natural así como la dificultad de los artistas a lo largo de la historia a la hora de plasmar las distintas especies en sus obras.

FICHA TÉCNICA
Las aves en el Museo del Prado
Editado por SEO/BirdLife con el apoyo de Red Eléctrica de España
Autores: Joaquín Gómez Cano, con la colaboración de Gerardo Orellana y Juan Varela
Páginas: 236
Formato: 25 cm x 29 cm
Acabado: cartoné con sobrecubierta
Fecha de edición: septiembre 2010
Precio: 30 €.

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