Curioso el comportamiento de casi todas las aves. El otro día, volviendo de Alicante, pasé por Santa Pola, por la carretera que cruza las salinas. Habían muchos pájaros de todo tipo, pero debido al intenso tráfico, no pude parar antes. En un lateral había un bando numeroso de cigüeñuelas, imperturbables, a pesar del ruido infernal de los vehículos que pasaban a toda velocidad, en ambos sentidos. Cuando paré, pude fotografiarlas sin problema. Pero fue abrir la puerta para salir del coche, y salieron disparadas. No se asustan de los artefactos mecánicos que pasan rugiendo a escasos metros, en cambio cuando aparece un ser de dos patas, huyen despavoridas. La mala experiencia de la convivencia (por llamarlo de algún modo) con los seres humanos les hace ser precavidas.
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